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Con frecuencia tendremos que ayudar a los enfermos a tomar la temperatura o hacerlo nosotros mismo, ya que es un parámetro médico importante a la hora de determinar el estado de salud de las personas.

Para tomar la temperatura, primero hay que sacudir el termómetro con energía para que la columna de mercurio descienda por debajo de los 36º C. En caso de que sea digital, esta operación no será necesaria.

Previamente, el termómetro se habrá limpiado con alcohol y un algodón. A continuación, si la temperatura va  a tomarse en la boca, hay que colocar el extremo del termómetro que contiene el mercurio bajo la lengua del enfermo y hacer que cierre la boca con fuerza, pero con cuidado de no romperlo. El termómetro ha de mantenerse así por un tiempo no inferior a dos minutos, y pasado este tiempo, habrá que comprobar la temperatura y limpiarlo nuevamente antes de guardarlo en su funda.

La temperatura axilar se toma bajo el brazo, teniendo buen cuidado de que el extremo del termómetro que contiene el mercurio no quede en el hueco de la axila (algo que sucede con frecuencia en personas delgadas), sino que entre en pleno contacto con la piel.