Casi sin excepción, podemos decir que a todos nos sabe mejor la comida poco saludable que la comida sana, ¿pero por qué ocurre esto?.
Para hallar una respuesta debemos retroceder hasta nuestros ancestros primates, ya que se debe a un vestigio evolutivo: estamos programados biológicamente para preferir alimentos dulces y grasos muy ricos en energía.
En el pasado, este deseo por la comida alta en calorías era indispensable para poder sobrevivir, por lo que el cerebro nos impulsaba a buscar estos alimentos, como la fruta madura, las nueces o la miel. Al ser difíciles de encontrar, el cerebro recompensaba con una fuerte descarga de dopaminas, un neurotransmisor que nos hace sentir bien y animaba a nuestros antepasados a encontrar más.
Actualmente, en nuestra sociedad moderna, es fácil encontrar estos alimentos y se han creado multitud de recetas con azúcares y grasas añadidas que generan placer al comerlas, aunque no vayan en consonancia con una dieta equilibrada y acorde a nuestro estilo de vida actual, donde el sedentarismo suele predominar.
Recordaros que nuestros profesionales de ayuda a domicilio en Sevilla y enfermeros tienen muy en cuenta los preceptos de una dieta saludable a la hora de recomendarlos y aplicarlos a nuestros pacientes.